Errare humanum est, sed perseverare diabolicum
“Errar es humano, pero perseverar (en el error) diabólico”,
Proverbio latino.
No somos perfectos. Todos nosotros nos equivocamos. Y a veces nuestros errores hacen daño a los demás. Incluso a veces esos errores son intencionados, porque queríamos realmente hacer daño. Luego lo pensamos mejor y nos gustaría cambiar las cosas, pero ya no podemos regresar al pasado. Pues bien, aunque nos hayamos equivocado, aunque hayamos perjudicado a otros, aunque viajar en el tiempo sea imposible y, por lo tanto, a día de hoy sea demasiado tarde para rectificar, siempre podemos mejorar la situación si estamos dispuestos a aceptar nuestras faltas y a pedir perdón por ellas. Pero no se trata de decir simplemente “lo siento”. El proceso de pedir perdón debe ser un poco más elaborado para que sea efectivo.
Si habéis ofendido a alguien y desearíais no haberlo hecho, podéis seguir estos pasos, que aunque sencillos nunca son fáciles:
“Escucha, me gustaría decirte algo y no quiero dejar pasar más tiempo. Si tienes un minuto podríamos hablar. Sé que actué mal en aquella ocasión. Te dije esto, hice esto otro y no tuve en cuenta cómo te sentirías. Soy consciente de que por mi culpa hubo tales consecuencias. Si pudiera volver atrás en el tiempo, creo que lo que tenía que haber hecho o dicho era esto otro. En el futuro, si alguna vez volvemos a estar en una situación parecida, yo actuaré de esa manera y, ante las mínimas señales de lo contrario, recuérdame estas palabras porque no las voy a olvidar. Además, haremos tal cosa para evitarlo y voy a poner de mi parte los medios necesarios. Sé que no puedo deshacer lo hecho, pero me gustaría compensarlo de alguna manera para que te sintieras mejor. Por favor, dime qué puedo hacer”.
Por supuesto, a pesar de hacer todo esto, la otra persona estará en su perfecto derecho de no perdonarnos y, faltaría más, deberemos respetar su decisión. Aun así, seguramente los dos os sentiréis mejor.