"Son las cinco de la mañana y otra noche igual. Conseguiste conciliar el sueño a eso de las dos, después de tres horas dando vueltas en la cama. Apenas has dormido y ya te has vuelto a despertar. Seguirás despierto hasta poco antes de tener que levantarte o ya no volverás a dormir más.
En tu cabeza el día será complicado. No poder dormir te está pasado factura. No sabes cuánto vas a aguantar esta situación. Y no dejás de preguntarte qué te pasa, ¿por qué no puedo dormir?".
Los problemas del sueño afectan a buena parte de la sociedad. Según las estadísticas, 4 de cada 10 personas tienen problemas para dormir.
Se considera que padecemos un problema de insomnio cuando el tiempo, desde que iniciamos el sueño hasta que nos dormirmos, supera los 30 minutos.
También si esto ocurre, cuando nos depertamos a lo largo de la noche o si ya no podemos volver a conciliar el sueño.
Además de esto, los problemas de sueño deben perjudicar notablemente nuestra vida laboral, educativa y/o cotidiana, a causa del cansancio y la somnolencia durante el día, la falta de memoria y atención en las tareas que tenemos que desempeñar.
También podemos observar como se resienten nuestras relaciones sociales y familiares debido a que estamos más irritables, enfadados y sensibles ante cualquier situación.
Los estudios realizados hasta el momento muestran que los problemas de sueño están asociados a dos componentes: el cognitivo y el conductual.
El componente cognitivo está relacionado con las preocupaciones y los pensamientos repetitivos negativos (rumiaciones).
Cuando nos acostamos acostumbramos a repasar aquellos acontecimientos que han ocurrido a lo largo de día y nos han afectado emocionalmente. También aquellos acontecimientos importantes que van a ocurrir al día siguiente y que queremos controlar.
El cerebro, para iniciar el sueño, necesita que su actividad disminuya. Una parte del cerebro tiene que desconectar. Sin embargo, las preocupaciones y los pensamientos rumiativos nos mantienen en un estado de alerta que impide al cerebro disminuir su actividad.
Esta activación también se produce si, poco antes de iniciar el sueño, hacemos uso de ciertos dispositivos electrónicos (como el movil, tablet, ordenador, etc).
Las pautas de higiene del sueño son una de las herramientas de psicoeducación que se utilizan en el tratamiento de los problemas del sueño.
Estas pautas deben de realizarse diariamente y de manera rigurosa. Su efecto no es inmediato debido a que el cerebro necesita algún tiempo para crear un patrón habitual de sueño.
Si aún siguiendo estas indicaciones tienes problemas para dormir o mantener el sueño es recomendable consultar a tu médico.
Lorena Fernández
- Belloch, A., Sandín, B., y Ramos, F. (2020). Manual de psicopatología, vols I y II. Madrid: McGraw-Hill.
- Perlis, M., Jungquist, C., Smith, M. y Poster, D. (2009). Insomnio, una guía cognitivo-conductual de tratamiento. Bilbao: Descleé De Brouwer.